África central occidental, donde el ecuador divide el continente, alberga un clima de sabana tropical exuberante. Allí crece una gran variedad de maderas, incluido el árbol makore. Al alcanzar alturas de 200 pies y con troncos de cuatro a seis pies de diámetro, el makore se puede fresar para obtener tablas largas y resistentes. El duramen varía del rosa al marrón rojizo, a veces con estrías oscuras que forman patrones intrigantes en las piezas terminadas. Los artesanos suelen referirse a ella como madera de cerezo africano y la utilizan para proyectos que van desde gabinetes hasta acabados de aviones y vehículos. La madera de Makore reúne los elementos del fuego y la tierra y es un fuerte protector.
Makore

