El cobre es probablemente el primer metal utilizado por los humanos. Uno de los pocos metales que se encuentran en la naturaleza sin necesidad de extracción de un mineral, se utilizó como sustituto de la piedra ya en el año 8000 a.C.
Del latín cyprium, "metal de Chipre", se extraía principalmente allí en la antigüedad y se asoció con Afrodita debido a su lustrosa belleza y su antiguo uso en la producción de espejos. El cobre es un metal blando y maleable con una conductividad térmica y eléctrica muy alta. Para los curanderos, es el metal del mago y puede transportar las energías de las piedras con la misma facilidad con la que transporta la electricidad.
El cobre es conocido por su hermoso color marrón rojizo que se oxida formando una pátina verdosa. Las sales de cobre imparten colores azules o verdes a minerales como la azurita, la malaquita y la turquesa. También es conocido por sus propiedades medicinales. Los antiguos egipcios usaban cobre para esterilizar heridas y beber agua, mientras que en la India, el cobre se usaba en Ayurveda para instrumentos quirúrgicos y otros equipos médicos. Es un mineral dietético esencial para todos los organismos vivos. El cobre también es útil para fortalecer los sistemas respiratorio y cardiovascular de los humanos.
Espiritualmente, el cobre se considera un conducto entre el Cielo y la Tierra. Es el metal de canalizar las energías y transforma lo invisible en visible. El cobre fomenta la experimentación y la invención y aporta la energía de ideas revolucionarias y cambios fortuitos inesperados.