La apofilita es un material menos conocido con grandes propiedades curativas. Se dice que nada alivia el estrés con tanta rapidez ni suavidad como este mineral acuoso. La apofilita, que parece un coral en bloques de un claro mar caribeño, suele aparecer incolora, crema o amarillo pálido con un brillo nacarado que, en la antigüedad, le valió el nombre de piedra ojo de pez. En sus formas más raras, la apofilita brilla de color rosa o incluso verde espuma de mar. Tiene abundancia de moléculas de agua, que lo convierten en un buen conductor de energías y vibraciones, y sus seguidores espirituales afirman que proporciona un camino para que las visiones de los ángeles nos encuentren.
Estructuralmente, la apofilita tiene una estructura de anillo tridimensional única con cavidades abiertas y canales interconectados que permiten al mineral capturar e intercambiar iones físicamente. Metafísicamente, esta misma habilidad se traduce en aumentar la visión interior y conectarse con otras dimensiones. Esta es una piedra dulce y gentil que trae fe y confianza en lo Divino y abundancia de pureza al reino físico.