Los rojos intensos que suelen verse en las ágatas evocan su pasado fundido. Creadas en las bolsas de aire que se forman en la lava al burbujear y enfriarse, las ágatas consisten en bandas de gel de sílice que se filtraron en las cavidades a través de siglos de goteo de agua. Los diferentes minerales presentes en el agua determinan las capas y los colores de cada pieza única.
Las ágatas también presentan diversas formas según su ubicación. Las ágatas mexicanas parecen un solo ojo. El ágata musgosa no tiene bandas, sino un patrón similar al del musgo o el liquen. Las ágatas brasileñas suelen ser bastante grandes y están hechas de cuarzo, lo que les da brillo. Las ágatas de encaje presentan patrones extravagantes, y las ágatas arcoíris tienen delicadas bandas que difractan la luz en un espectro cromático completo.
Debido a su belleza, variedad y potentes poderes curativos, las ágatas se han utilizado en el arte y como amuletos durante siglos. El ágata estabiliza la inspiración de los artistas, protege a madres e hijos y aporta madurez. Las ágatas tienen una frecuencia vibratoria lenta, lo que las hace muy calmantes. Son útiles para quienes lidian con múltiples compromisos.
Las ágatas también presentan diversas formas según su ubicación. Las ágatas mexicanas parecen un solo ojo. El ágata musgosa no tiene bandas, sino un patrón similar al del musgo o el liquen. Las ágatas brasileñas suelen ser bastante grandes y están hechas de cuarzo, lo que les da brillo. Las ágatas de encaje presentan patrones extravagantes, y las ágatas arcoíris tienen delicadas bandas que difractan la luz en un espectro cromático completo.
Debido a su belleza, variedad y potentes poderes curativos, las ágatas se han utilizado en el arte y como amuletos durante siglos. El ágata estabiliza la inspiración de los artistas, protege a madres e hijos y aporta madurez. Las ágatas tienen una frecuencia vibratoria lenta, lo que las hace muy calmantes. Son útiles para quienes lidian con múltiples compromisos.

